Faustino es un delincuente, la UNACH en manos de un usurpador

Agencia55

#EnSíntesis

Vinicio Portela

Si usted llega a un trabajo, presenta un curriculum y lo contratan, le pagan más de 60 mil pesos de salario y luego de un tiempo su patrón se entera que mintió en su grado de escolaridad, eso sería suficiente para que lo despidan.

Pero en el mundo de corrupción es otra cosa. El caso del Rector de la Universidad Autónoma de Chiapas, Carlos Faustino Natarén Nandayapa, es increíble cómo la máxima casa de estudios en el estado pueda “admitir” que su autoridad los engañe descaradamente.

Faustino se ufana del doctorado que realizó en la Universidad Complutense, firma como Doctor, como si se tratara de un título nobiliario se presenta como Doctor, pero en su documentación oficial solo se presenta el titulo de licenciatura.

Según la Dirección de Desarrollo Académico de la UNACH, Faustino cuenta con un Doctorado en Derecho Procesal que lo acredita para tener una plaza temporal, número 09726, sin embargo no se señala que tenga alguna maestría, solo un especialidad en Derecho Constitucional y Ciencia Política.

Sin embargo, si se consulta el Registro de la Cédulas Profesionales en el portal de la Secretaria de Educación Pública a nivel federal, esa dependencia no tiene registro ni de la Maestría, ni del doctorado que se alude en la Dirección de Desarrollo Académico, solo se encuentra la cédula profesional 2656502 de la licenciatura de Rector.

¿Cómo acreditó Faustino ante la Junta de Gobierno de la UNACH su grado de Doctorado?, porque en su designación lo titulan como Doctor.

Al consultar la Plataforma Nacional de Transparencia, son informa que el Rector tiene un sueldo superior a 62 mil pesos mensuales y que su nivel máximo de estudio es maestría en Derecho Constitucional, al redirigirnos a la consulta de información solo aparece el título de licenciatura de Faustino, sin que exista otra documentación que evidencia su grado de maestría. Cabe señalar que estos datos los proporciona la misma Universidad y por lo tanto ya hay una inconsistencia entre lo que dice la Dirección de Desarrollo Académico, el registro de cédulas profesionales de la SEP y la dirección de transparencia de la UNACH.

Con solo este caso sería suficiente para que al Rector se le iniciara un proceso administrativo y despedirlo, pero aún cuando es ampliamente conocido el caso dentro de la comunidad universitaria, el Consejo Universitario y la Junta de Gobierno solapan esta acción delincuencial y le han disculpado a Faustino de este fraude.

Sin embargo, al Doctor patito se de ha olvidado que el Código Penal Federal, en su Artículo 250 señala:  “Se sancionará con prisión de uno a seis años y multa de cien a trescientos días a quien: II.- Al que sin tener título profesional o autorización para ejercer alguna profesión reglamentada, expedidas por autoridades u organismos legalmente capacitados para ello, conforme a las disposiciones reglamentarias del artículo 5 constitucional. a).- Se atribuya el carácter del profesionista; c). Ofrezca públicamente sus servicios como profesionista; d).- Use un título o autorización para ejercer alguna actividad profesional sin tener derecho a ello y e).- Con objeto de lucrar, se una a profesionistas legalmente autorizados con fines de ejercicio profesional o administre alguna asociación profesional.”

Faustino encaja perfectamente en las conductas descritas en el tipo penal señalado, pues se hace pasar por Doctor en Derecho, ha mentido a la UNACH en su grado académico, no hay documentos que acrediten dicho grado, firma y se ostenta como Doctor, y además cobra un salario valiéndose de ese título.

El Rector es un delincuente, pero peor aún, por qué la comunidad universitaria no hace nada para detener a este criminal que se hace pasar como Doctor, que utiliza la infraestructura de la UNACH para sus propios fines, como la renta del Edificio Maciel o el préstamo de un terreno para que el Instituto Nacional de Migración tenga un estacionamiento privado; por qué los universitarios permiten que se despidan injustificadamente a decenas de catedráticos a los que se les fabricaron delitos para correrlos.

Faustino es un mitómano, un delincuente, que ha llevado a la Universidad Autónoma de Chiapas a vivir uno de sus episodios más obscuros y de retraso en su historia reciente.

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Redacción Debate Chiapas

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