Luego de que el gobernador Eduardo Ramírez expresara públicamente que no apoya a nadie en sus aspiraciones políticas, surge la pregunta:
¿qué harán ahora en Tuxtla Gutiérrez aquellos que se la pasan de colonia en colonia, armando estructuras rumbo al proceso local de 2027?
Su único discurso ha sido presumir que están “en el ánimo del Jaguar”, solo porque el gobernador los saluda o los deja acercarse en eventos públicos o hace evento con ellos.
La realidad es que a muchos de los que sueñan con gobernar Tuxtla les falta barrio, no tienen arraigo, carecen de carisma y, sobre todo, no están en el ánimo de los tuxtlecos.
